Buenos días rubia... Espero que estés bien.
Espero que esta letra sea lo suficiente profunda como para abrigarte el corazón.
Camino por la ciudad con 65% de discapacidad,
según mi último informe, sufro
trastorno límite de personalidad
y confieso que he llorado muchas veces
pensando que podrías ser tú la chica de la canción del bardo.
No pretendo darte una responsabilidad que no es tuya
pero no sabes que eres algo de lo mejor que hay en mi vida
ni que aquí y ahora le he cambiado el final a nuestra historia.
"Siempre nos unirá el cielo",
da igual donde nos encontremos
porque seguirá siendo así cuando no estemos...
aunque sienta que estoy más cerca de él que de ti
mi premio de consolación es encontrarte allí.
Día y noche hago garabatos en el aire por diversión
y aunque se los lleve el viento sé que van en tu dirección.
Te quiero de un modo irracional, instintivamente y por inercia...
si te hago llorar puede que tarde mucho tiempo en volver a sonreír.
Me siento bien con la luna, con mi vecina,
con vosotras y con otras...
lo único que cambio en mi vida todos los días
es la soledad por buena compañía.
No busco invitarte a cenar,
quizá ser un motivo para que sonrías
en esos días que te mueres de pena.
Antes de acabar esta letra
quiero jugar contigo al juego de las prendas...
no tendremos que desvestirnos,
solo intercambiarnos y quiero empezar por la cabeza.
Quiero ver como te sienta la gorra que quiero regalarte
y sentir lo que se siente con tu corona...
eres una guerrera nata con un talento innato
y a ratos solo me siento vivo en tu anonimato.
Las puertas de tu carro
siempre estuvieron abiertas para mi
incluso antes de que supieras que yo existía...
gracias, porque no solo a sido un orgullo haberos visto crecer,
ha sido un verdadero honor haber crecido con vosotros.
Me volví loco y no hay vuelta atrás...
me quedé como Shrek, feliz para siempre.