Estos días atrás he acelerado el paso,
casi meto la pata, aunque un pie ya lo tengo dentro...
yo solito me he puesto en evidencia.
Me he dado cuenta de que ya no cuela
eso de que no busco y que tampoco espero...
si no estuviera esperando, no sé que hago aquí,
si no estuviera buscando, no estaría en mis textos.
Confieso que no mato por ella y que tampoco muero por nadie...
diré que los pensamientos desaparecen haciendo ecos en la memoria,
solo sobreviven los sentimientos, algún momento de resentimiento
y un tributo para las emociones que dejan marca cuando no hacen historia.
Lo único que colecciono de las mujeres
son las calabazas que me han dado.
A un 1 le puedes dar la potencia que quieras,
que aunque lo eleves al infinito nunca dejará de ser un 1.
Hasta se llegó a escribir un párrafo que sonaba a un chiste:
"Están dos sapos en el estanque y uno
se queda sonriendo a su reflejo en el agua y dice
¡No hay princesas que besen a esta rana!
El otro sapo, nervioso y eufórico
se pone a mirar en todas direcciones y le pregunta
¿Ranas... dónde? a lo que el primero responde
¡En el mismo sitio que las princesas compañero!"
He encontrado un camino para estar a su lado,
y es que todo me va mejor desde que está cerca,
como voy a evitar sus placeres, si me encantan
y mi felicidad se basa en verla sonriendo.
He estado unos días triste,
casi se desmonta mi mundo por descuidado...
yo, que intento cuidar cada detalle
para que no haya distancia que nos separe.
Dios con todos, pero cada uno en su casa...
ella es la responsable de que las mujeres me gusten en su salsa.
No quiero quererla más,
me gustaría quererla mejor para que cunda...
No sé si estaré con ella dentro de 16 años
pero irá conmigo hasta la tumba.